martes, abril 21, 2015

Ráfaga

Se revierte el tiempo. Estamos a 3.
La distancia y el mar se adjuntan con los miedos que atardecen el lugar y se vuelven oscuros como la noche.

Es intangible y se convierte en revelador.

No hay cosa que lo cubra, ni le quite su brillo,
es arena y viento contra la marea,
De un lugar en donde se quisiera existir

Es abrumante y confuso, se espera más que un alma o una línea recta

Es represión y un toque de miedo por no decir que es sútil

Y cuando se mira al sol por ser optimista, allí se queda, incandensente por el brillo que traspasa y toca el fondo del alma y el subsuelo que también toca el pie sucio y quemado en el anochecer.

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